Paso a paso: Identidad gráfica para Cíes-Illas Atlánticas

En este post demostraremos que la creatividad no es un don divino que reciben unos cuantos, si no que se trata de una carrera de fondo en la que todos podemos participar y ante la cual, como sucede con todo deporte, necesitaremos un calentamiento previo.

Llamémosle “el arte de no hacer nada”, el distraerse para concentrarse. Escuchar música, garabatear, hablar sobre la serie de moda con tus compañeros o, como en el caso que os contaremos hoy, salir a explorar el mundo exterior.

Hace un tiempo se nos propuso crear una identidad gráfica para la candidatura a patrimonio mundial de las CÍES – ILLAS ATLÁNTICAS, y a nuestro equipo creativo, no se le ocurrió otra cosa que preparar el macuto y salir de excursión.

Visitamos el Centro de Interpretación P.N Illas Atlánticas, y entre tanta documentación e información allí estaba, una especie de cubo formado por 4 pantallas en las que se reproducía, en plano fijo y en bucle, un día entero en cada uno de los archipiélagos.

Ahí fue donde se produjo la magia, en dónde nos dimos cuenta de las características diferenciadoras clave para el desarrollo de la marca:

Un Parque marítimo terrestre: Dualidad mar/tierra.

4 archipiélagos: un conjunto de conjuntos.

Cada archipiélago nos ofrece una experiencia

Lo primero que hicimos fue definir cada una de esas experiencias y asignarle un color:

Frente a aquellas pantallas también nos dimos cuenta de que cada uno de esos archipiélagos contaba con una voz propia (ya que no solo representaban un día entero en los archipiélagos a nivel visual, si no también a nivel sonoro), una serie de sonidos que los caracterizaban y toda esa riqueza natural la representamos a través del movimiento de ondas.

Ondas marinas que nos recuerdan a las Olas y al movimiento del mar.

Ondas sonoras que nos transportan a un entorno natural envuelto por el sonido de los pájaros, el viento, la fauna y el mar.

Las rellenamos con los colores asignados previamente a los 4 archipiélagos y “voilà!”, creamos el símbolo definitivo.

Sólo nos faltaba la representación escrita, el nombre. Elegimos la tipografía Josefin por sus formas geométricas las cuales, nos recordaban a los experimentos que Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo realizaban en el Laboratorio de formas (clic en el enlace y entenderás el guiño).

Esto nos ayudó, a su vez, a enfatizar la identidad gallega, trabajando la tipografía y modificando sus astas transversales dándole así la identidad propia que merecía este proyecto.